Con toda la intención he empezado esta serie
estival de anotaciones con una deriva intrascendente y perfectamente vacacional:
la sombra que nos permite recuperar la lentitud, la
modorra eficiente y el ver pasar los asuntos, la gente y los problemas como si
no fueran con nosotros. Al menos hasta las fechas que marcan
lo que los franceses llaman “la rentreé”.